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metodosanticonceptivos

En 1990 una campaña del Ministerio de Sanidad educaba en el uso del preservativo con un pegadizo eslogan: ‘Póntelo, pónselo’. Era un mensaje explícito y directo y, además, llevaba asociado un papel responsable e igualitario de la mujer. Fue una campaña arriesgada porque sacaba a la luz un artículo, el preservativo, casi clandestino y lo situaba entre los alumnos de un colegio.

Han pasado algo más de 20 años y el preservativo, el principal método de anticoncepción usado en nuestro país, se anuncia con naturalidad y se encuentra fácilmente en supermercados. Ahora, en la era de Internet, tenemos amplia información sobre éste y otros métodos para evitar embarazos no deseados y el contagio de enfermedades de transmisión sexual.

Con esto, a mi me sigue sorprendiendo unos datos recientes: un 17% de mujeres españolas están expuestas a embarazos no deseados. De éstas, un 6% no usa ningún método anticonceptivo y un 10,74% usa métodos inconsistentes (coito interruptus o el método Ogino). ¿Por qué?

Cuando hablamos del uso del preservativo, hay algunas excusas que aparecen de forma recurrente:

“El condón corta el rollo”. No se necesita tanto tiempo para ponerlo y, cuando esté puesto, retomáis el asunto. O también se puede incorporar al juego sexual. Hay quien tiene habilidad para ponerlo con la boca o simplemente se puede seguir acariciando a tu chico mientras se “viste”.

“No siento lo mismo”. Nosotras no sentimos gran diferencia con o sin. Y para ellos, hay preservativos ultrasensibles. En cualquier caso, ambos ganáis en tranquilidad y se puede disfrutar de forma igual de intensa. De hecho, en estudios recientes, tanto hombres como mujeres calificaban sus relaciones como altamente excitantes y satisfactorias tanto si habían usado preservativo como si no.

“Me pones tanto que no puedo esperar”. Táctica de engatusar a la pareja. Me remito al primer punto. Además, invierte un minuto y disfruta al máximo con tranquilidad.

“¿No confías en mi?” Aquí entra en acción el juego emocional, no caigáis en él. No se trata de confiar o no. Se trata de pasar un buen rato de forma segura y sin que luego puedan haber preocupaciones.

“Soy alérgico/a al látex”. Hay preservativos sin látex.

“Me resulta incómodo” Hay condones de diferentes tamaños, formas, colores, sabores… Toda una variedad para escoger aquel que mejor se ajuste.

Cuando las relaciones son estables (y sin riesgo de transmisión de enfermedades), podemos optar por el uso de otros métodos, el más común la píldora anticonceptiva. Es el segundo método más usado en nuestro país (16,3%). Si tienes reticencias del tipo “ la píldora engorda”, quítatelas de la cabeza porque no es cierto. La píldora anticonceptiva ha evolucionado mucho y si bien las primeras podían tener mayores efectos secundarios, actualmente las píldoras de tercera generación apenas tienen. Otro “problema” de este método es que tiene que recetarlo el médico. Pues mejor, la visita periódica al ginecólogo es muy recomendable.

Quizás alguien alegue que se puede tomar la píldora del día después, esa pastilla que previene embarazos (no enfermedades) entre las primeras horas y hasta los 3 a 5 días después de haber tenido relaciones sexuales sin protección. Pero éste es sólo un método de emergencia, no de uso regular. Su eficacia no es tan elevada como otros métodos y puede tener mayores efectos secundarios.

Aunque hoy en día hay mucha información, seguramente hay que seguir trabajando en la educación sexual respecto a la prevención de embarazos y enfermedades de transmisión sexual. Y, ya sabes, no aceptes excusas. El sexo es fantástico si lo disfrutas con precaución y no con preocupación. El placer no está reñido con el condón.

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Showing 0 comments
  • Fede
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    Muy buena entrada, me encanta este blog.

    • Lola Poch
      Responder

      Muchas gracias, Fede, por leerme y por tu comentario. Un saludo! 🙂

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