In Sin categoría

crop

Tengo una amiga que hace unos años mantenía una relación «tradicional» y ni se le ocurría pensar en libertinajes. Pero ahora es bastante abierta de mente y con ganas de experimentar en el sexo. ¿Y esto a qué viene?. A que últimamente he oído opiniones del tipo: «Si tu pareja es convencional no conseguirás que cambie. Siento decirte que nada te saciará esas ganas de más. Y al final, por amor a ella, acabarás siendo un aburrido más. O eso o tendrás que llevar una doble vida perpetua». Apocalíptico.

¿Es imposible cambiar? En el caso de mi amiga, tenía una inquietud latente y conoció a la persona adecuada para desarrollarla. Yo creo que igual que evolucionamos como personas, también evolucionamos en nuestra sexualidad, que cambia, que se ajusta, que se adapta a nuevos gustos e intereses. Por eso me niego a tener la visión de que una persona no puede cambiar jamás. En relación a esto, me viene a la mente lo que me escribió un lector: «¿Recuerdas que te conté que tenía pareja pero no conocía mis tendencias? Pues me decidí a abrirme y contarle todo… bueno, despacito, no todo, pero le voy dando información. Yo ya confiaba en su madurez, y, efectivamente, no sólo NO me trató de degenerado, sino que le interesó el tema quería saber más y le pareció interesante la idea de tener un sumiso… ¡Estoy contentísimo!»

Claro está que cada persona es diferente y no soy tan ingenua como para pensar que todo será «happy», soy consciente de que hay parejas en las que uno está a años luz del otro en sus inquietudes sexuales. Recuerdo el caso de otro lector de este blog que me explicaba con pesar que su mujer le había tirado a la basura unos juegos eróticos que él había descargado para avivar su relación, bajo el pretexto de que eso eran rarezas. Con ese punto de partida, difícil parece seguir hablando del tema. Porque es necesario que haya una buena predisposición, un interés por ambas partes en construir una relación de pareja de forma generosa, respetuosa y pensando también en las necesidades del otro.

Pienso que una sexualidad rica es aquella que cambia, que evoluciona. Y, a pesar de que cada uno es como es, todos somos seres sexuados desde que nacemos, con lo que estamos expuestos a esa evolución. Exploramos nuestro cuerpo, nuestros gustos, nuestros intereses y éstos van cambiando. Seguramente esta transformación está relacionada en cierto grado con la personalidad. Hay quienes somos más inquietos respecto al saber y al conocer.

El interés sexual en la especie humana está determinado por influencias culturales. Llevamos muchos años de educación represora, que valora la norma y el qué dirán. Que señala a quien se sale de las convenciones. Y eso lastra. Pero afortunadamente cada vez más voces claman por desarrollar la sexualidad de forma libre y plena. Y yo me sumo a ellas, para que exploremos, descubramos y SeXvolucionemos.

Recommended Posts
Showing 0 comments
  • elhierbero5
    Responder

    ¿Y por qué debes estar con tu pareja hasta la muerte? ¿Realmente hay amor o como dice la canción, ya es costumbre? Si vamos a «sexvolucionar», ¿Por qué no también «emovolucionar»? Si tienes una pareja que no es compatible sexualmente contigo, ¿Por qué debes seguir con ella? ¿Por la religión? Pero si allí radica la paradoja del matrimonio y la monogamia. Las religiones cristianas promueven la monogamia y condenan la lujuria. El matrimonio es sólo para procrear, no como fuente de hedonismo. Y lo que propones es lo inverso. No se puede romper paradigmas sexuales cuando tenemos una sociedad regida por una religión judeocristiana anclada en teorías aristotélicas de la moral. Además, el sexo no se puede desligar de la moral de cada persona y de la sociedad en la que viven. El ser humano es el único animal terrestre que tiene sexo por placer. Entonces, ya allí, surge una incompatibilidad filosófica entre el disfrute sin restricciones (hedonismo) y lo imperante. En mi opinión, para «sexvolucionar», lo primero por hacer, es evaluar si vale la pena seguir casado, si con quien duermes es la persona adecuada, y si no es así, a volar se ha dicho. Pretenderla cambiar, convencerla de que debería evolucionar, es una pérdida de tiempo. Las personas pueden cambiar el «chip» hasta los 20’s, después, es muy raro.

    • Lola Poch
      Responder

      Tu pregunta va más allá de mi artículo. Si uno evoluciona y el otro, no; si no hay compatibilidades sexuales, entonces ¿qué hacemos? Claro está que si no hay una inquietud previa, una predisposición, un huir de prejuicios, será dificil el cambio. No creo que haya que convencer a nadie, pero tampoco pensar que no hay nada que hacer. Porque las personas, algunas al menos, cambiamos.

  • ninfea82
    Responder

    Yo llevo una doble vida y creo que mi pareja nunca podrá entender, si se enterara se quedaría muerto. No porqué sea puritano ni católico, me ha contado de sus tríos cuando tenía 25 años PERO la cosa pertenece a un pasado juvenil que sé que no se plantea dentro de una pareja estable como somos. Estable pero no aburrida sexualmente, hay amor, hay fantasía pero siempre dentro de la pareja.

    Así que pues… voy por mi cuenta, realmente me apetece tener algo solo mío como pueda ser el sexo. No todo es compartir en la pareja. Hay hombres que llevan 25 años saliendo una noche sin pareja y solo entre amigos y yo también salgo con mis amigos 🙂

    (oh, a ver que quizás sea él un dia que me propone algo fuera de los esquemas normales no?)

    • Lola Poch
      Responder

      Gracias, ninfea, por compartir tu experiencia. Como digo, cada persona y cada pareja es un mundo y se lleva la relación como se quiere o se puede. Aunque, para mi, compartir estas cosas fuera de los esquemas con la pareja es muy bueno y une mucho. Pero, claro está, cada uno tiene su opinión y su vivencia. Y por lo que dices parece que lo disfrutas, así que… a seguir disfrutando!!! 😉

Dejar un comentario