In Sin categoría

culpa

¿Sabéis esa manida frase de “claro, con esa minifalda que lleva va provocando”? La odio. No por machista – que también – sino principalmente por lo que implica respecto a la responsabilidad. Y no es un tema banal, el sentimiento de culpa es una consecuencia psicológica habitual en las víctimas de abusos. Yo misma lo sufrí tras un ataque de carácter sexual.

Cuando tenía dieciocho años sufrí una agresión. Por poner las cosas en su lugar, aclaro que no llegó a violación, por suerte se quedó bastante lejos. Volvía a casa de madrugada y cuando ya estaba cerca de llegar pasé por una plaza donde había un autocar aparcado. En la acera, tras el autocar, había un hombre apoyado en la pared. Seguí mi camino sin pensar mucho y al pasar al lado del hombre, éste me cogió me tiró al suelo y me amenazó con lo que a mi me pareció una navaja. No recuerdo demasiado, pero sí un forcejeo en que me manoseó bastante y del que pude salir, no sé como. Huí y cuando estaba a punto de llegar a mi casa, me pareció volverlo a ver en una esquina. Me encontré en la calle con una chica que iba a trabajar y que al ver mi estado de agitación y nerviosismo, me ayudó y pude llegar a mi hogar donde ya temblé, lloré y me derrumbé.

Fue después, al cabo de los días, cuando empecé a autoculparme por ese episodio. ¿Por qué había pasado por ahí? ¿Por qué no me había dado cuenta de que el autocar hacía de pantalla y tapaba la visión? ¿Por qué no le di importancia a que había un tipo allí? Un tiempo después racionalicé y me di cuenta de que era un sentimiento absurdo, pero estuvo allí.

La culpa es un sentimiento que hace mucho daño, difícil de gestionar y complicado de superar. Mi caso es un pequeño ejemplo, en absoluto comparable con otros realmente fuertes, pero aún así me permitió darme cuenta de la importancia que tiene. Las mujeres hemos sido tradicional y socialmente culpables de la actitud sexual del macho de turno. Porque provocamos, porque lo vamos buscando, porque vamos así vestidas, porque nos movernos así, porque calentamos, por…. simplemente existir. Y todo eso, va dejándonos un poso que ahí queda y que puede llegar a afectarnos. Deberíamos no hacer ese tipo de comentarios, ni en broma. A ver si así empezamos a cambiar ese subconsciente colectivo.

Hace un par de años, el colectivo de humoristas de Bombay «All India Bakchod» hizo un vídeo sarcástico denunciando precisamente esta culpabilización de la víctima. En un país como India, parece especialmente necesario.

Recuerdo una canción del grupo Gabinete Caligari, que decía “la culpa fue del cha cha cha, que me volvió un caradura por la más pura casualidad”. Pues no, la culpa no fue del cha cha cha. Ni es tuya. Ni es nuestra. Es de quien es.

Recommended Posts
Showing 0 comments
  • Lonndinium
    Responder

    Siento mucho que te sucediera eso, la verdad no entiendo que haya personas así, la falta de respeto y el creerse mejor que los demás, siempre me molestado mucho ese tipo de prepotencia incluso los piropos típicos de obrero me parecen degradantes, es una vergüenza. Quizá educando se llegue a acabar con ellos. Un abrazo fuerte, para una excelente persona como tú.
    Besos

    • Arola Poch
      Responder

      Quizás, no. Yo creo que la educación es la base del cambio. Una educación donde de verdad se trate la igualdad, donde se hable de respeto, se dejen atrás roles sociales de género. Y también educación sexual, por supuesto, que en eso vamos muy escasitos. Gracias por tu comentario. Un beso 🙂

  • Pedro
    Responder

    Gran articulo arola,estoy de acuerdo en todo contigo,las mujeres se merecen todo el respeto del mundo y esos comportamientos son condenables,ojala la lucha que muchos llevais a cabo entre ellas tu de sus frutos y algun dia esos comportamientos desaparezcan

    • Arola Poch
      Responder

      Gracias Pedro. A ver si es verdad y podemos verlos desaparecer algún día.

  • Jugando con Eros
    Responder

    Que sucedan estás cosas me indignan, y saber que te ha pasado me llena aún más de rabia… que alguien tenga que pasar por ese mal trago es horrible. El problema empieza cuando la educación no educa, y lo primero que hay que enseñar es el respeto… Espero que episodios como estos no se repitan y en un futuro muy cercano dejen de existir.
    Gracias por compartir algo tan intimo y sobre todo para que nos concienciemos.
    Feliz dia, muchisimos besos amor.

    • Arola Poch
      Responder

      Gracias a ti por tu comentario. A ver si poco a poco, entre muchos, vamos cambiando estas cosas. Un beso guapa!!!

  • etarrago
    Responder

    Reblogueó esto en Los Reblogueos de etarrago.

  • Radar
    Responder

    Terrible experiencia, menos mal que acabó en nada esta vez. Todos, unos más que otros, tendemos a culpabilizar, y es de lo que se aprovechan algunos lobos para reincidir. Desgraciadamente no creo que la educación sirva en algunos casos, en los que hay psicópatas con nula empatía. Prefiero creer que son enfermos y así separarlos de los que simplemente creen en el derecho de la fuerza, y en los que sí se puede trabajar a tiempo.

    Pero la educación es importante también para las víctimas, para que precisamente dejen de culpabilizar y puedan señalar sin apuros al auténtico y único culpable

    • Arola Poch
      Responder

      La educación es importante, pienso yo, para intentar disminuir ese sentimiento de culpa. Si cambiamos ciertos conceptos sociales, puede que algo se pueda hacer. Y ya no solo en ataques, también a nivel de colectivo creo que es importante ir avanzando en dejar atrás estereotipos de género. Gracias por tu comentario.

pingbacks / trackbacks

Dejar un comentario