Hace muchos muchos años, una noche, en la cama ya con todas las luces apagadas, hurgué con mi dedo en mi vulva hasta acabar metiéndolo en mi vagina. Fue una acción totalmente consciente, quería saber qué se sentía. Mejor dicho, quería experimentar de alguna manera eso tan maravilloso que había oído que era meter algo por ahí. Me esforcé, de verdad que quise sentir, pero «tan» maravilloso no me pareció. Creo que esa fue mi primera experiencia con la masturbación.
Nadie me había hablado del onanismo en mujeres. Sí había oído algo sobre el equivalente en los chicos, quizás porque en ellos es más fácil (tener los órganos genitales externamente ayuda a que todo sea más explícito) y porque tradicionalmente se ha dado por hecho que ellos se masturban. Nosotras aún tenemos, según cómo, que reivindicarlo. Pero, en definitiva, si hubiera sabido algo más del autoplacer quizás hubiera ido algo más guiada. De mi historia hace ya un tiempo, la sociedad y la educación ha evolucionado pero tengo la impresión de que aún cuesta hablar de masturbación a niños y jóvenes, sobre todo de la femenina, cuándo descubrir el propio cuerpo y conocer sus reacciones es algo muy bonito. Es uno de los primeros actos sexuales que realizamos y una parte importante para luego disfrutar más en cualquier relación sexual acompañada.
Hace poco, conversando con un amigo twittero me habló de un libro infantil: “Cosquillas”, que explica la masturbación a los más pequeños. La protagonista es una niña que descubre la magia de las “cosquillas” debajo de la barriga y su abuela le aclara qué es ese modo de quererse a si misma. No es casual que la protagonista sea una niña (y no un niño). Mi amigo me contó que referenció el cuento a varias amigas, algunas madres, y una de ellas se escandalizó “Sí hombre, encima les vas a enseñar a masturbarse… ¿Estás loco?”. A otras sí les gustó la idea.
La piscina donde me baño para sofocar los calores del sur tiene una zona de hidromasaje, como sabéis, un sistema por el que salen chorros de agua con fuerza. El verano pasado estaba yo refrescándome allí y había dos niñas de unos 10 años en la zona. Una de ellas se puso con el chorro enfocando a su bajo vientre y le comentó a la otra, “si te pones el chorro ahí da mucho gustito”. Hablemos de ello o no, nuestro cuerpo humano es una fuente de sensaciones por explorar. Ni aquellas amenazas absurdas de que uno se quedaba ciego, le salían granos en la cara o pelos en las manos evitaron que se hiciera. Pues por qué seguir tratándolo como tabú.
Por cierto, volviendo al principio del artículo, que no se preocupe nadie, mi técnica masturbatoria ha mejorado bastante. Ya no me empeño en introducir, si no que disfruto de ese pequeño pero matón órgano que tenemos las mujeres para el placer. El clítoris y su potencial, entre otras muchas cosas, debería estar en los temarios de la educación obligatoria. Aunque ese, la educación sexual, sería ya otro tema.
Y para aquellos interesados, os dejo Cosquillas, el cuento para niñas que descubren la magia de sus dedos y de su cuerpo.
Gran artículo, como simpre. Es cierto que hace varios años, la masturbación podría considerarse tabú, pero lo que me sorprende es que en pleno siglo XXI, mucha gente, ya sea mujer u hombre, no reconozcan que se masturban, cuando creo que eso lo hacemos el 99% de las personas. Besitos umbilicales, guapa!!!!
¡Y con lo sano que es masturbarse! Habrá quien no lo haga y habrá quien no lo diga. Aún nos cuesta hablar de sexo. Gracias por tu comentario y por tus besitos umbilicales (¡me encantan!) 🙂
Me encanto tu post, y el libro es una maravilla, una delicia, bonitos dibujos. La masturbacion es todo un regalo, disfrutemos de ellos y conozcámonos mejor cada vez. Gracias Arola por tu post y por compartir el cuento, una maravilla, como tú, me encanto
Besos??
Gracias por tu bonito comentario y por leerme siempre. Un beso 🙂
Excelente artículo y libro muy bueno; ojalá y hubiese existido unos añitos atrás; cuando lo hablamos en su momento con la chiquitina lo entendió y hoy ya toda una mujer tiene una vida sexual plena.
Lo hablásteis con vuestra hija, qué bien. Seguro que lo agradeció y le sirvió mucho. Gracias por pasarte por mi blog y dejar tu comentario. Un beso, Nelson!
Todavía recuerdo mi primera experiencia y la sensación que sentí. Algo que nunca me habían explicado o si nmás me había dicho. Sin dudarlo dejamos en segundo plano cuestiones que son tan importantes como aprender a vestirnos solos. Maravilloso artículo compi.
Feliz martes y muchisimos besos!!
Hay cosas de las que no se hablan y quizás se debería. Al menos ir rompiendo tabúes. Gracias compi!!! Un beso :*
Yo estoy felizmente casada y hasta hace poco tiempo era muy reacia a introducir juguetes eróticos en mi pareja. Hasta que un día con amigas entramos a un sex shop y me recomendaron un vibrador rotatorio. Desde entonces mi vida sexual no ha vuelto a ser lo mismo, estoy encantada de haberme conocido! Totalmente recomendable