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poliamor

Cuando uno decide crear una relación de pareja fuera de la norma (es decir, no monógama), todo está por construir. Esta es la conclusión a la que llegué tras un ratito de más que interesante charla con el grupo Poliamor Málaga.

El poliamor es un concepto relativamente nuevo y, bajo mi punto de vista, difícil de definir. Incluye tantas formas posibles de relación que concretarlo es complicado. El libro Ética Promiscua, la biblia de este tipo de relaciones, dice que “algunas personas sienten que incluye todas las formas de relación que no sean la monogamia, mientras que otras personas lo restringen a relaciones emocionales con compromiso (por lo tanto, excluyendo el swinging, encuentros sexuales esporádicos y otras formas de intimidad)”.

Las relaciones monógamas tradicionales se fundamentan en el amor romántico, un tipo de amor instantáneo, perfecto, para siempre y que llena todas las facetas de la vida. Es el concepto clásico de “media naranja” o “amor platónico” en cuanto a dos almas divididas que se unen. Las relaciones poliamorosas rompen con estos preceptos para hablar de otro tipo de amores, igual de válidos, igual de intensos, quizás más racionales y reales. Sobre todo, son amores que no implican exclusividad ya que cada uno aporta algo diferente.

Toda relación, sea de pareja o de cualquier otro tipo, incluye pactos que regulan su funcionamiento. En una relación monógama, al ser lo habitual, hay acuerdos socialmente implícitos que se dan por hecho, como no tener sexo con otras personas, pasar las vacaciones juntos o dormir en la misma cama. Si salimos de una relación estándar, los pactos habituales no encajan y, por lo tanto, hay que aclarar muchas cosas para conseguir que no haya malentendidos y que la historia funcione. Todo ha de ser más explícito porque suponer no sirve. Desde algo fundamental como decidir el tiempo que dedicamos a cada pareja hasta algo más nimio, del estilo cómo se comparte cama (para dormir) en una relación de tres.

Reunirse con otras personas con una visión similar en estos nuevos vínculos aún socialmente por aceptar, ayuda a no sentirse juzgado, a encontrarse cómodo. Y compartir puntos de vista hace que se aclaren y amplíen conceptos de algo, como decía, complicado de definir y de enfocar. El grupo malacitano, formado por personas de diferentes perfiles de edad y tipos de relación, lleva reuniéndose casi un año y tratando diferentes aspectos de las polirrelaciones. Tuve la suerte de asistir al debate sobre gestión del tiempo y como relacionarse con los metamores (la/s pareja/s de tu pareja), solo un par de temas de los múltiples posibles. Los celos y como tratarlos, qué sucede cuando aparece otra persona, jerarquías emocionales, los roles y expectativas de cada persona, la competencia, la seguridad, “salir del armario”… ¡Son tantas las cosas por debatir! Pero siempre intentando mantener la singularidad de cada uno y su forma de entender y vivir las relaciones. Quiero decir, llevamos siglos donde la sociedad nos dicta las reglas, no caigamos en el error de intentar marcar cómo han de ser las nuevas relaciones. Que no salgamos de la norma para caer en otra norma. 

Poliamor fue una de las finalistas a palabra del año 2015 de Fundéu (Fundación del Español Urgente). La película española Kiki (el amor se hace), que ha resultado ser un éxito de taquilla, muestra una relación poliamorosa. Últimamente hay bastantes artículos y debates (más o menos acertados) sobre el tema. Parece que hablar de poliamor está “de moda”. Y está bien porque de esta forma van saliendo a la luz otras formas de relacionarse, tan válidas como las relaciones monógamas. Simplemente se trata de que cada uno encuentre su fórmula y respete la de los demás.

No es fácil construir relaciones, cuantas más personas intervengan más complejo se convierte. Si creemos en el poliamor seguramente hay un trabajo difícil por hacer, pero apasionante. Construir algo nuevo siempre lo es.

kimchi cuddles

Cuando te relacionas con más de una persona, todo se vuelve más complejo. No es imposible ni inmoral. Y requiere más atención y conciencia.

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Showing 0 comments
  • Pandora Groovesnore
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    Me alegra mucho que en esta sociedad compleja vayamos identificando y poniendo nombres -positivos- a situaciones nuevas -o no tan nuevas- más allá del mero etiquetado tradicional -normalmente con un sentido negativo- «perversión, pecado, infidelidad, familia tradicional, aberración» etc

    • Arola Poch
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      Vicio e indecente, no te olvides de éstas 😉 Nos alegra mucho, sí, que vaya habiendo algo más de apertura. Un placer tenerte por aquí. Gracias por tu comentario. ¡Un beso!

  • Mateo
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    Excelente. Me encantó el artículo.

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