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porno_flamenca

En Twitter (que después de wikipedia, es lo más fiable de Internet) mi perfil dice “Amo la libertad y la igualdad. Odio los estereotipos”. Evito la etiqueta feminista pero defiendo los derechos de las mujeres, repudio la superioridad del hombre y denuncio la asignación de roles sociales según género. Dicho esto, no sé si a alguien le sorprenderá que me guste el porno, también en su versión más mainstream, es decir, el más clásico, heteronormativo y patriarcal. Ése que algunas voces critican por tratar a las mujeres como un mero objeto, por violento, por fijar un único tipo de sexualidad estándar, por mantener la norma estética en los cuerpos, por faltar a la ética feminista, por estar hecho por hombres y para hombres. Y sí, en eso les doy la razón pero…

Atacar al cine pornográfico per se es hacerlo a una industria que es mucho más que las simples escenas que todos tenemos en mente. El porno es muy amplio e incluye muchas manifestaciones. Desde la pornografía crítica hasta la más comercial; desde la clásica a las expresiones más vanguardistas; desde lo más estándar a minorías eróticas; desde lo cómico a lo más extremo. Claro que hay películas malas, simples y monótonas. ¿No las hay también en el cine comercial?

Volviendo a esas escenas mainstream, que confieso cual pecadora que consumo, no deberían tener nada de malo si sabemos entenderlas como lo que son: pura ficción. El sexo no es sólo eso, no son sólo esos cuerpos, no son sólo esas prácticas. Pero en un determinado momento excitan. Igual que Pretty Woman o las princesas Disney son falsas pero entretienen. Y también hacen daño a la imagen de la mujer. No se trata de demonizar esas películas ni por extensión toda la cinematografía. Se trata de enseñar qué es realidad y qué es ficción, de educar en una serie de valores. Es educar en la sexualidad donde está la cuestión.

El Valencia Sex Festival, evento en el que tengo el honor de ser la sexblogger oficial (no pongo aquí el icono de la flamenca del WhatsApp porque no me parece serio), tiene como lema “El porno sí es cultura” y define su iniciativa como festival erótico cultural a través de su manifiesto donde dicen: «La pornografía ha evolucionado exponencialmente en los últimos 10 años. Gracias a movimientos como el post-porno y el porno de mujeres, este sector artístico ha experimentado un auge y una evolución que pocos sectores del arte pueden contar. La pornografía, y cada vez más, está dejando de ser una manifestación exclusiva para el placer personal, y está cogiendo connotaciones artísticas de gran interés”. Si nos acercamos al porno superando los estereotipos que también existen en este sector, quizás descubramos otras iniciativas interesantes. Miremos más allá.

Me disgusta cuando oigo criticar al cine porno o cuando me meten, como mujer, en el saco de que eso no es lo que queremos ver y se define otro tipo de películas que se supone sí son las que me agradan. Por un lado porque, llamadnos caprichosas, la flamenca del WhatsApp y yo preferimos decidir qué nos gusta y qué no. Por otro porque, en cierta forma, siento que se simplifican los argumentos, que se sigue abusando de los estereotipos vengan del lado que vengan. Y como ya sabéis, dice mi Twitter que los odio.

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  • Jora
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    Suscribo tu relato pero desde una visión masculina. Los clichés encasillan, enquistan. El porno es como la vida, hay de todo, pero mola, excita, ayuda, descongestiona, desahoga. Y tú Arola sigues siendo como una bocanada de aire primaveral sin polen alergeno, como un paseo de verano por un paraje verde de la Alpujarra en pleno verano. Gracias

    • Arola Poch
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      Sí, claro, también estereotipamos a los hombres en ese sentido. Y también es criticable. «Una bocanada de aire primaveral sin polen alérgeno» ¡¡¡Me encanta!!! Muchas gracias 🙂

  • Jora
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    Por cierto, la foto del trajecito de flamenco que ilustra el texto es genial, muy excitante. Si necesitara un titular yo le pondría: Adivíname!!

  • Luis Mora
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    Me encanta y miente la persona que ni se excita viéndola, obvio algunas son muy irreales, pero luego uno deja volar su mente participando aunque sea en fantasías!!

    • Arola Poch
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      Esa es la cuestión, dejar volar la mente a situaciones irreales pero que pueden ser muy excitantes. Fantasear al fin y al cabo. Gracias, Luis, por dejar tu comentario 🙂

  • Jugando con Eros
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    Justamente en las Jornadas del Orgasmo Femenino en el que estuve este fin de semana, se habló muchísimo sobre esto. Y comparto al mil x mil (no al 100…) que el porno es igual a FICCION, pero el problema aparece cuando se parte del porno como un ejemplo a seguir.
    Yo también soy consumidora de porno, me gusta y selecciono. Evidentemente la principal función es entretener no educar… para eso existen muchos otros medios (aunque a veces con ciertas barreras) para hacerlo.
    Un besote y enhorabuena de nuevo.

    • Arola Poch
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      Yo pienso que el «problema» no está en el porno, sino en la educación. Ahí es donde hay que hacer más énfasis. Gracias y un beso enorme!

  • Sandra
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    «Evito la etiqueta feminista pero defiendo los derechos de las mujeres,»

    Yo prefiero defender los derechos de las personas…

    • Arola Poch
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      Buena matización, Sandra. Por supuesto yo también defiendo los derechos de todos, de ahí que ama la libertad y la igualdad, sin más matices. Pero al hacer referencia al feminismo, por eso hice el inciso de las mujeres. ¡Un saludo!

  • may
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    ¿por qué evitas la etiqueta feminista?

    • Arola Poch
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      Porque las etiquetas, a veces, definen y señalan. En tanto que defiendo que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres, soy feminista y no tengo ningún problema en decirlo. Pero como a veces se usan las etiquetas para atacar, prefiero decir que amo la libertad y la igualdad para todos.

  • may
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    El feminismo es la igualdad. Copiado de la RAE: feminismo

    Del fr. féminisme, y este del lat. femĭna ‘mujer’ e -isme ‘-ismo’.

    1. m. Ideología que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres.

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