In Sin categoría

Yo misma fotografiada por Xabi Berné

Hasta doce tipos diferentes de orgasmos he encontrado. También simultáneos, múltiples, sucesivos, expandidos y hasta fingidos. Con eyaculación y sin ella. Trigasmos y cómo conseguirlos en siete pasos. Me imagino a alguien que, teniendo sus más que correctos orgasmos, pero con ganas de explorar su sexualidad, se encuentre ante tal despliegue de posibilidades y pueda llegar a agobiarse. «¿Estoy disfrutando lo suficiente? ¿Me estoy perdiendo algo? ¿Qué más puedo hacer? ¿Y si estimulo aquí? ¿Pruebo aquel juguete sexual? ¿Un gel vibrador? ¿Efecto frío/calor que intensifica las sensaciones?» Y luego, una vez probado, si no se consigue la explosión incontrolable de placer prometida (porque no a todos nos sirven las mismas cosas en el sexo), temo que pueda incluso causar cierta frustración.

El orgasmo es la descarga de la tensión sexual acumulada. Causado por la estimulación, es una respuesta compleja. Con la educación sexual limitada que, en general, hemos recibido hemos aprendido a experimentar orgasmos de una única y siempre de la misma manera. Cual acto reflejo, cuando nos estimulamos de determinada manera, sabemos que vamos a llegar al clímax. A veces nos quedamos ahí, sin embargo hay más maneras de conseguirlo y en este sentido bienvenidas sean todas las ideas y técnicas.

A lo mejor es cosa mía, pero en ocasiones tengo la sensación de que nos estamos pasando. Determinadas informaciones, tal y como están presentadas, me sugieren un «el más difícil todavía que te va a dejar exhausto de placer». Como si necesitáramos conseguir más para disfrutar más. Como si lo que tenemos no fuera suficiente.

El orgasmo que cada uno siente es fantástico. Con eso deberíamos quedarnos siempre. No quiero decir que no se juegue, se busquen o se experimenten nuevas sensaciones. Al contrario, me parece muy recomendable para huir de la monotonía sexual. Busquemos estímulos en otras partes del cuerpo, dejémonos llevar por las sensaciones, activemos esa zona que desconocíamos, potenciemos la mente. Pero sin obcecarnos con los resultados, simplemente permitiéndonos sentir y gozar. Obsesionarse con el orgasmo es la mejor manera para no alcanzarlo. Y no tiene sentido ponernos presión en conseguir esto o aquello. El sexo no es una competición con uno mismo ni tenemos que demostrar nada a nadie.

Que conste que no dudo de las capacidades orgásmicas ni de las posibilidades del cuerpo humano. Precisamente por ello, animo a explorarnos y a dejarnos sorprender por las sensaciones. Nuestro cuerpo está deseando mostrarnos de lo que es capaz pero nuestra mente a veces se entromete. En algunas ocasiones porque nos pone frenos con prejuicios y en otras, porque tiene tantas ganas que se abruma e impide al cuerpo liberarse. Puede que alguna vez os haya pasado estar teniendo relaciones sexuales y desear tanto llegar al orgasmo, que precisamente ese día no se consigue. O que hay muchísimo interés, la pareja es super sexy pero no hay manera de lograr una erección. El cerebro nos está jugando una mala pasada.

Hablamos mucho de sexo asociado al rendimiento. Conseguir más y mejor. Eso puede hacernos valorar menos lo que ya tenemos. Tener multiorgasmos está genial. No tenerlos, también. Sentir orgasmos de pezones es fantástico. Si son de clítoris, también. Un clímax triple es magnífico. Si va de uno en uno, también. Sea como sea, sentir es maravilloso.

No puedo olvidar que hay personas, más mujeres que hombres, que no consiguen llegar al clímax. Paso a paso, analizad las causas para poder aplicarle el remedio adecuado. E igual que los que quieren más, no os agobiéis ni obsesionéis. Llegará y ese será el mejor orgasmo.

Recommended Posts
Showing 10 comments
  • Gwen (@Mamanoleas)
    Responder

    Muy de acuerdo, al final con tanto ‘consejo’ parece que entrenáramos para una maratón, en lugar de disfrutar de lo que sentimos y probar nuevas prácticas por pura curiosidad, pero sin tener la presión de lograr eyacular a chorro o tener orgasmos de 30 minutos (por ejemplo).

    • Arola Poch
      Responder

      En esos ejemplos pensaba yo también jeje. ¡Gracias por tu comentario, Gwen!

  • Jose
    Responder

    Me parece muy acertado lo que dices.Creo que se está metiendo al sexo en en el mismo saco que cualquier otra actividad en un intento de domésticar lo que tiene de instintivo y transformarlo en cualquier otra cosa menos plancentera.La lucha entre Eros y la civilización.
    Saludos.

    • Arola Poch
      Responder

      Bueno, no sé si es lo calificaría de domesticar pero es interesante tu comentario para reflexionar sobre ello. ¡Gracias!

      • Jose
        Responder

        ¡Gracias por tus palabras!.Saludos.

  • Pedro
    Responder

    Muy buen artículo, la verdad que si, que hay mil y un consejos para el sexo, que si esto que si lo otro, mil y un juguetes para esto o lo otro, y no debemos de estar obsesionados con el orgasmo. Hay que disfrutar cada relación sexual, se llegue al orgasmo o no, y hacer lo que a una o la pareja le apetezca, pero sin obligaciones.

  • Mariano
    Responder

    Me quedo con esto: «Sentir orgasmos de pezones es fantástico»

    Y es que en general casi no se habla del orgasmo mamario. Y, hasta hace poco, se creía que solo el 1% de las mujeres podían obtenerlo, cuando ahora se ha demostrado que es accesible para cerca del 30%…

    Sobre el orgasmo mamario masculino no parece haber datos.

    • Arola Poch
      Responder

      Gracias por tu comentario, Mariano. Yo tampoco conozco datos en hombres. Ahora bien, cualquier orgasmo que experimentemos es fantástico. 😉 ¡Un saludo!

pingbacks / trackbacks

Dejar un comentario