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En 1978 se realizó un experimento en la Universidad de Florida para comprobar si había diferencias en el interés por el sexo casual en hombres y en mujeres. Un chico atractivo paseaba por el recinto de la universidad, se acercaba a chicas desconocidas y les decía “Te he visto por el campus y me pareces muy atractiva”. Luego les formulaba una de las siguientes preguntas, “¿quieres salir esta noche conmigo?”, “¿vendrías esta noche a mi apartamento?” o “¿te irías a la cama esta noche conmigo?». El resultado fue que si bien algunas chicas aceptaron salir con él, ninguna de ellas dijo sí a tener sexo casual. El mismo experimento lo hizo una chica atractiva acercándose a varios desconocidos. En este caso, un 75% de los chicos dijo que sí se irían a la cama con ella esa noche. En 1982 repitieron el experimento. Las mujeres continuaron negándose al sexo casual con un desconocido y en el caso de los hombres, continuó siendo sí la opción mayoritaria pero el porcentaje bajó al 69%. También es interesante las respuestas que dieron tanto unas como los otros. Ante la propuesta de una noche loca, ellas dijeron cosas similares a “debes estar bromeando” o “¿qué dices? Déjame en paz”. Ellos, en cambio, o bien facilitaron el encuentro (“¿por qué hay que esperar a esta noche”?) o se disculparon argumentando que tenían pareja. Este estudio, realizado por Clark & Hatfield, se publicó en 1989 en la Journal of Psychology & Human Sexuality con el título ‘Diferencias de género en la receptividad a las ofertas sexuales‘ y parecía indicar que las mujeres tienen menos predisposición al sexo casual que los hombres.

Mucho se ha escrito destacando las diferencias entre hombres y mujeres. Los hombres son de Marte y las mujeres de Venus, dicen, y no nos escapamos a la comparación también en las cuestiones sexuales. No dudo de que existan ciertas diferencias (también las hay en las personas), pero parte de la diversidad, en el tema sexual que es el que me ocupa, viene de factores sociales y educativos.

Los propios investigadores, en el experimento anterior, apuntaban que la interpretación “los hombres están interesados en el sexo y las mujeres en el amor” no era la única posible e indicaban, por ejemplo, que ambos pueden estar igual de interesados en el sexo casual pero que los hombres perciben menos riesgo ante el encuentro con una desconocida. Siempre se nos ha advertido a las mujeres de que hemos de tener cuidado con los hombres. Generalizando, es una precaución a tener muy en cuenta. Pero, claro, eso nos hace desconfiar de partida ante cualquier propuesta que nos haga un desconocido. Y si es sexual, mucho más.

Las mujeres, en lo sexual, nos enfrentamos a una interesante dicotomía. Por un lado, se nos pide que no nos mostremos demasiado dispuestas ya que corremos el riesgo de que nos cataloguen con alguno de los muchos sinónimos de la palabra puta. A lo mejor tenemos ganas pero “a ver qué va a pensar de mi si digo que sí”. Y entonces decimos que no y nos hacemos de rogar y surge otro fatídico mito en la cuestión del género y de las relaciones. Por otro lado, si nos cerramos en banda corremos el riesgo de que nos tachen de estrechas. Y así, entre putas y frígidas, ¡qué difícil situarnos allí donde se supone que nos toca!.

Han pasado unos cuantos años desde los experimentos “me pareces muy atractivo” y creo que, por suerte, las cosas han cambiado. Las mujeres – al menos algunas – nos sentimos con más libertad para decir y pedir lo que nos interesa, incluido el sexo casual. Estamos más empoderadas. Y los hombres – al menos algunos – no valoran solo el atractivo físico para decir, sin pensar, sí al sexo. A veces me parece que simplificamos la visión del género masculino, reduciéndolo a una especie de ameba que se guía por una antena eréctil.

Otras investigaciones han analizado la satisfacción que obtienen hombres y mujeres tras un polvo de media noche (porque ya no se lleva lo de quedarse a dormir en casa del recién conocido o conocida, sino mejor levantarse cómodo en tu cama y aprovechar bien el día). Algunos de estos estudios, dicen que un 80% de los hombres llegan al orgasmo durante el sexo casual, por tan solo un 40% de mujeres y esto es debido, entre otros factores, a que las mujeres disfrutan más en la cama cuando más tiempo llevan de relación. En cambio en los hombres es lo contrario: a más tiempo menos satisfacción.

Me gustaría saber si, a igual concepción del género y del sexo en la sociedad y con una buena educación afectivo-sexual, todas estas cuestiones respecto al sexo casual serían así. Sin menospreciar las diferencias físicas y emocionales, que seguro que las hay, puede que los hombres no sean de Marte y las mujeres de Venus. Quizás, en una Tierra más igualitaria, seríamos más parecidos y las relaciones más sencillas. Bueno, más sencillas puede que no. Las relaciones son personas y las personas, todas con nuestras particularidades, somos complicadas.

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Showing 11 comments
  • Yes
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    Me parece querida Arola que, los tiros, siguen casi igual.
    A nosotros, a mi al menos, me gusta follar y me gusta hacer el amor. En el sexo casual, si no se espera más de ese fortuito encuentro, se folla. Es decir, se peca de egoísmo y se mira pir uno mismo.
    A mi, persoalmente, siempre me ha gustado intentar satisfacer ambas partes, ella y yo, pero se dan las circunstancias, a veces, q ni aun intentándolo se ha podido.
    Somos muy «brutos», me incluyo por el genero masculino, y tenemos q aprender mucho más.
    Yo siempre busco la mutua satisfacción con mi pareja pero si me necesitas para un muestreo me llamas…jajajaaja. Es broma. Un ?

    • Arola Poch
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      Puede que sigan igual o muy similar. Lo de la satisfacción a veces es difícil en parejas que se conocen bien pues en esporádicas… ni te cuento jeje ¡Gracias por tu comentario! Un beso.

  • poesiavibrante
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    Creo que las respuestas de las mujeres en dicho experimento, son entendibles, tienen menos intéres en tener sexo casual, que los hombres ¿porqué? porque tener sexo casual puede tener sus consecuencias; una de ellas, quedar embarazada, que mujer va a querer procrear un hijo durante nueve meses, un hijo, que no se tenia planeado y si dicho experimento se hizo en una universidad, pues menos interés por el sexo casual, ven amenazado su futuro, se tiene la idea de que las universitarias son abiertas y «modernas» este experimento lo comprobo, son universitarias, pero no dejan de ser mujeres.

    Considero que principalmente por esa causa la mujer dice un «no» al sexo casual, claro esta, que por el otro lado entran en juego los sentimientos. En lo personal, yo como hombre, he aprendido a respetar a las mujeres y no verlas como simples objetos de satisfacción del placer masculino, creo que esto del sexo casual, en el lado masculino, – así como estan las cosas – es muy egoista; si se tiene la conciencia de las consecuencias y que la satisfacción debe ser mutua, estoy totalmente de acuerdo en esto, un encuentro de adultos, de otra manera no,

    • Arola Poch
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      En esa época ya existían los métodos anticonceptivos, pero, lógicamente, todo pesa.
      Coincido contigo, la satisfacción mutua es un buen objetivo para cualquier encuentro, sea casual o no.
      Muchas gracias por tu comentario. ¡Un saludo!

  • Ama Blanca
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    Pienso que el «no» es una respuesta basada en presiones socioculturales más que biológicas. Aunque incluso los animales tienen su fase y rituales de cortejo y para la hembra puede resultar agradable y ayuda a eliminar los miedos creando ilusión de seguridad. Aun así el «no» automático lo llevamos grabado desde niñas, la sociedad y la educación basada en el miedo al sexo o considerarlo algo sucio o vergonzoso no tiene nada que ver con la razón y mucho menos con la biología.

  • Jose.
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    Me gustaría saber si las diferencias entre hombres y mujeres a este respecto son sólo culturales,históricas ,sociales,o crees que hay algo más,quizá que en eso samos distintos por naturaleza,no se…Gracias.

    • Arola Poch
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      Seguramente no todo se debe a lo cultural y social. De hecho, está estudiado que el cerebro de hombres y mujeres es diferente (ni mejor ni peor, solo diferente). Pero yo creo más en las diferencias individuales que de género. ¡Un saludo!

      • Jose
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        Un saludo y gracias por tu interesante respuesta.

  • Bell4Sex (@HijadeLOL)
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    El factor transgeneracional tiene muchísimo peso, y sin embargo, no se habla apenas de ello en artículos sobre sexos, sexualidades y polaridades.Y me da pena que solo se sigan experimentos de la Universidad de Wisconsin y demás mandangas.
    A las mujeres nos gusta tener un plus en una relación casual, y no hablo del amor romántico, sino de que la otra persona te enriquezca (en el contexto que sea) Y la intuición ( valor femenino) es clave para determinar si follamos o no.

    • Arola Poch
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      Sin duda hay diferencias entre hombres y mujeres. Pero seguramente también las hay por motivos culturales, sociales y educacionales. Gracias por tu comentario. ¡Un saludo!

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