In Fetichismo

Si preguntamos sobre un objeto que resulte erótico, habrá quién nombre los globos o los pepinos. Pero lo más habitual será que pensemos en lencería, medias y, muchos, en zapatos de tacón. Me quedo con estos últimos. ¿Por qué nos excitan los zapatos de tacón? ¿Por qué les otorgamos el calificativo de sexis?

Arola Poch (foto: Xabi Berné)

Con zapatos de tacón.

Obviamente es algo cultural. Si una tribu del Amazonas se encontrara una pieza alargada con un anexo de 11 centímetros, les parecería algo más o menos exótico pero no erótico. Hemos construido una asociación muy fuerte entre el zapato de tacón y la feminidad, pero no una feminidad cualquiera, sino la más estereotipada: una mujer bella, sinuosa, de atractivo contoneo, alegre, coqueta, segura… sexy. Y el zapato ha adoptado esas características. Así se construye un fetichismo a nivel social.

Resulta curioso que, en los siglos XVI y XVII, los zapatos de tacón eran un objeto de uso masculino. Los hombres los usaban para aferrarse mejor al estribo del caballo y eran símbolo de la clase alta (no se podía trabajar usando un incómodo calzado). Luis XIV, rey francés, usaba zapatos con tacón de hasta de 10 centímetros para aumentar su altura. Por cuestiones de moda, en el siglo XVIII el zapato de tacón pasó a ser usado solo por mujeres. En los siglos XVIII-XIX, durante la ilustración, movimiento basado en el conocimiento y la razón, dejó de utilizarse esta prenda.

A finales del siglo XIX y principios del XX se popularizaron las postales eróticas y allí ya se ve a mujeres calzando zapatos de mediano tacón. Aún no estamos ante el stiletto que hoy en día revoluciona corazones y entrepiernas (masculinas y femeninas).

Postal erótica de principios de siglo XX.

Postal erótica de principios de siglo XX.

El stiletto es lo que conocemos como zapato de tacón de aguja. Provistos de un alza entre 7 y 10 centímetros (o incluso más), son, en el imaginario colectivo, el calzado fetiche por excelencia (aunque no es el único tipo de calzado que resulta excitante). La moda fue la responsable de meternos por los ojos – y por los pies – este calzado. En 1940 los diseñadores Roger Vivier y Salvatore Ferragamo los incorporan a sus diseños como símbolo de feminidad, de glamour, de elegancia, de erotismo… De hecho, fue Salvatore Ferragamo, en 1953, quién diseñó el stiletto de 11 centímetros que luce Marilyn Monroe en “Los caballeros las prefieren rubias”. ¿Hay una imagen más femenina que Marilyn?

Zapatos de tacón fetiche

Zapatos que lució Marilyn Monroe en «Los caballeros las prefieren rubias»

El cine, la publicidad, la fotografía… los medios son los encargados de afianzar esta relación entre el zapato y la mujer, mejor dicho, un determinado tipo de mujer. Así vamos, como sociedad, transfiriendo esas cualidades femeninas al zapato. Vemos un stiletto e inferimos que lo lleva una femme fatale o, si los usamos, nos sentimos poderosas. Se van estableciendo condicionantes y creando fetichismos.

A nivel personal, cada uno tenemos nuestra historia y erotizamos ciertos objetos. Nuestras memorias particulares con respecto a la sexualidad van configurando los gustos y las atracciones por gestos, conductas, situaciones o detalles como prendas de vestir y adornos. Es decir, la historia erótica de cada ser humano va configurando sus fetiches, objetos que producen goce porque traen recuerdos de excitación o placer. Los fetiches son, en definitiva, objetos que enriquecen nuestra vida erótica.

Hay quiénes no consideran que este tipo de calzado sea un fetiche, pero eso no les impide reconocer que la visión de una mujer calzando unos taconazos les excita. Los zapatos de tacón alto son el claro ejemplo de que todos podemos ser un poco fetichistas.

Otro tipo de zapatos

Los tacones no son el único calzado con poderes fetichistas. Algunos prefieren unas bailarinas, otros unas zapatillas deportivas o unos zuecos, quizás unas sandalias o incluso unas botas de agua. Existe un nombre específico para la atracción erótica por los zapatos en general (no por los tacones). Es el retifismo que proviene del escritor francés Nicolás Edme Restif de la Bretonne, que ya escribió sobre esta peculiaridad erótica en el siglo XVIII.

Cada uno encuentra excitantes determinados objetos según sus vivencias eróticas.

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Showing 11 comments
  • Arthur Hates
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    Caray… Los Stilettos siempre me han excitado mucho, me encanta ver a las DAMAS usandolos, me fascinan… Me declaro un TOTAL FAN de ELLOS…

    Me encantan tus POST, siempre es un placer leerlos.

  • Pedro Rebollo romeral
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    Yo soy fetichista de pies los zapatos me atraen mucho menos,si me excita la idea de quitarselos a una mujer y adorar sus pies despues,pero entiendo a quien le excitan es una forma mas de disfrutar del sexo,por cierto arola a ti cualquier zapato te queda genial y muy excitante.

    • Arola Poch
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      Muchas gracias por tu comentario, Pedro. El zapato puede ser un complemento para el pie. Luego, cada uno centra su atención en lo que más le interesa 😉 ¡Un beso!

  • Jusn
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    Un angel eres arola

  • Cafu
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    No me considero fetichista (Tal vez si lo soy y no lo sé), pero hace una gran diferencia un zapato de tacón en la vista sensual de una mujer, será la postura de las piernas, no sé! pero en mas de una ocasión he comprobado que el zapato de tacón es la prenda mas sexy que una mujer puede vestir. Un Placer leerte. Saludos

    • Arola Poch
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      Gracias por tu comentario. El zapato de tacón tiene su atractivo, ¿verdad? 😉 ¡Saludos!

  • Antonio Abel
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    Interesante entrada, Arola.
    Ojalá que más adelante hagas otra enfocada a las botas altas (en mi caso de cuero-piel).
    Un saludo!!!.

  • Angel
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    A mi me encanta una mujer con un calzado bonito. Si es cerrado me encantan los clásicos escotados que dejan ver el inicio de los dedos, si una mujer sabe llevarlos es una delicia y si sentada juega con ellos de forma elegante y delicada me vuelve loquito. El pie, si es un pie bonito y cuidado, con una sandalia generosa en darle visibilidad a todo el pie, es la belleza absoluta. Me encantan las sandalias planas que en su parte delantera llevan únicamente una tira fina de cuero u otro material y que permite ver toda la planta del pie y sus demás partes. Siempre bien cuidado, no me gustan los pies feos y si una mujer quiere y los cuida es asombroso lo bonitos que pueden llegar a ser, el ejemplo es el zapato de salón toda vez que también permite ver las curvas del pie

  • Fernando
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    Muy buen artículo. En mí caso. Soy muy fan de las botas de Taco aguja. Ver una chica usarlas me pone a mil.

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