“Si me pierdo, buscadme en una biblioteca”.

Desde siempre me ha gustado estudiar, investigar, descubrir, preguntar, conocer. Y ahora la sexología es mi ámbito principal (que no único) de saber.

De joven quise ser informática, matemática, ginecóloga, entre otras cosas, y finalmente me decanté por la psicología. ¿Por qué? Puede que por una visión idealizada de esta ciencia y por el interés en ayudar a los demás. Mi especialidad fue la formación y las empresas. Durante años estuve trabajando en e-learning, como profesora y como técnica en la gestión de cursos.

Escribir me ha llamado la atención desde pequeña. Quizás porque es la única cosa en que puedo ser creativa sin ser un desastre (admiro a quiénes hacen cosas con las manos: dibujar, coser, esculpir… pero eso no es lo mío). De ahí, de ese interés por la comunicación, surgió mi segunda carrera universitaria: comunicación audiovisual.

La sexualidad, ese mundo amplio y diverso a la vez que lleno de prejuicios, también me interesa desde joven. Un buen día abrí un blog y empecé a escribir sobre mi visión particular del sexo con la idea de naturalizar este tema. Y aunque lo particular está muy bien, es incompleto, así que si quería tratar el tema de forma seria, debía especializarme académicamente en sexología. Cursé un máster universitario.

Entonces, todo tomó sentido. Todas las decisiones que había ido tomando a lo largo de mi vida encajaron maravillosamente: psicóloga, sexóloga, educadora y divulgadora. A eso me dedico,con pasión, desde hace unos años. Feliz y agradecida de poder trabajar en esto.

Sigo estudiando, formándome, investigando, escuchando e intentando transmitir y ayudar para la vivencia de una sexualidad sana, positiva, respetuosa y libre.

Soy empática (quizás demasiado), curiosa (nunca es demasiado), escucho (a todos, aunque no esté de acuerdo) y me gusta compartir y aprender (siempre).

Currículum (en breve)