Dejemos las cosas claras: ser sexy no es cuestión de la ropa o el maquillaje que te pongas. Eso, en todo caso, será una consecuencia. Serás sexy cuando te sientas sexy. Y eso depende, en gran medida, de la autoestima. Y el otro punto que quiero aclarar es que este artículo va menos de sexualidad y más de quererse a uno mismo que, por otro lado, será una buena base para tener buen sexo.
La valoración que hacemos de nosotros mismos es la autoestima. Esta autovaloración, hecha a partir de sensaciones y experiencias vividas, es responsable, en gran parte, del desarrollo de nuestro potencial y de la realización de nuestros logros en la vida. Es decir, si nos valoramos bien seremos más capaces de enfrentarnos y superar los retos que se nos planteen.
Cómo nos vemos a nosotros mismos tiene una importancia fundamental en nuestra actitud ante numerosos aspectos de la vida, uno de ellos, la sexualidad. La autoestima hace que nos enfrentemos a todo lo relativo al sexo con mayor seguridad. Es la responsable, por ejemplo de que nos sintamos sexis o incluso puede influir en que tengamos una vida sexual más o menos satisfactoria.
Un primer paso para subir nuestra autoestima en lo relacionado con la sexualidad es mirarnos al espejo y descubrir que nos gusta lo que vemos. Para ello, nada mejor que ser realista: los cuerpos que vemos en películas, series y revistas son excepcionales y, en muchos casos, retocados (ya sea con bisturí o con photoshop). A partir de ahí, valoremos nuestras curvas que para muchos son, seguro, peligrosas.
Un ejercicio interesante en este sentido es pedir a otra persona que nos describa. Habitualmente, su descripción será más amable que la que nos hacemos de nosotros mismos. Nosotros somos nuestros críticos más duros. Hay un vídeo que últimamente ha recorrido las redes sociales que pone de manifiesto este aspecto: La diferencia entre cómo te ves y cómo te ven, en un anuncio de belleza
Quitarse los pensamientos negativos es otra buena estrategia. Nada de decir «yo no puedo con esto» o «voy a hacer el ridículo». A veces es difícil, yo soy la primera a la que invaden ese tipo de pensamientos. Pero con esa actitud no se consigue nada. Por tanto, hay que ser conscientes de ello y darle la vuelta hacia la positividad que nos hace ver lo mucho que valemos y lo mucho que podemos conseguir. Siempre siendo realistas, claro.
Con una autoestima alta nos sentimos más seguros y eso se nota en nuestra actitud. Sonreímos más, miramos más a los ojos, iniciamos conversaciones, damos nuestra opinión y hasta puede modificar nuestra manera de vestir. Y todo ello, nos demos cuenta o no, nos hace más interesantes y hasta más sexis. Eso sí, no hay que forzar nada. La naturalidad atrae; lo artificial, repele.
Una buena autoestima mejorará también nuestra sexualidad porque hará que nos enfrentemos a ella con mayor seguridad. Por ejemplo, si queremos probar cosas nuevas será más fácil que nos atrevamos a ello y que, así, nuestra sexualidad evolucione.
El concepto de uno mismo se desarrolla a lo largo de toda la vida. Por lo tanto, podemos seguir trabajándolo día a día, a través de nuestros pensamientos y percepciones, para ir subiéndolo. Y ya sabes, con una autoestima alta te sentirás más sexys y si te sientes sexy, lo serás y lo transmitirás.
Cuando tenía unos días de bajón en los que mi autoestima bajaba a los sotanos encontre un truco. Me ponía un precioso corset debajo de mi aburrida y monotona ropa de trabajo, o unas medias con un liguero.. y comprobe que caminaba distinto, me sentía diferente, y todo cambiaba. Y si. Autoestima y sexualidad van de la mano. Gracias por recordar que somos las primeras que debemos gustarnos!
Qué buena idea! Gracias por compartirla! Porque debajo de la aburrida ropa, te puedes sentir guapa y sexy. Y si uno se siente así, encara las cosas de otra manera.Fundamental en la vida y en la sexualidad. Un besazo!