Empoderarse sexualmente. ¡Menuda expresión! La primera parte por si sola es potente, implica una transformación propia hacia un yo más fuerte. Si le sumamos el adverbio, el cambio adquiere un interesante matiz. El sexo es así, focaliza la atención en aquello donde se posa. Pero, ¿qué significa empoderarse sexualmente? No hay una única definición, así que aquí va mi humilde forma de entenderlo.
La sexualidad forma parte de nuestra identidad y desarrollarla forma parte de nuestro crecimiento como personas. Nos ayuda a conocernos más y mejor, nos permite ser y sentirnos libres. Al contrario, tenerla enjaulada puede ser fuente de frustraciones y de empobrecimiento. Por eso mismo tradicionalmente se ha controlado, en un interés por controlar a las personas. Y el miedo es una buena forma de control. Hombres y mujeres hemos sufrido este gobierno ajeno en nuestra propia sexualidad pero quizás ha sido más pronunciado en el caso de las mujeres. Por eso cuando hablamos con orgullo de empoderamiento sexual lo hacemos refiriéndonos más habitualmente a nosotras que a ellos. Simplemente porque partimos de más atrás y tenemos que avanzar a pasos más grandes para igualarnos.
Este es un proceso de crecimiento en primera persona y reflexivo. Cada uno de nosotros ha de tomar las riendas de ese proceso de autodescubrimiento sexual. Por supuesto podemos encontrar compañeros cómplices, que sean coprotagonistas o esos imprescindibles actores secundarios. Pero no los directores.
Entonces, ¿cómo nos empoderamos? Conociendo y queriendo nuestro cuerpo, fuente de placer. Siendo libres para decidir sobre él y sobre cómo lo mostramos. Siendo artífices de nuestro propio deseo, promoviéndolo y dejándolo fluir. Tomando conciencia de las ideas estereotipadas que nos han inculcado sobre el amor y la sexualidad. Y cuestionándonos esas ideas. Dándonos derecho a sentir placer y a no juzgarnos por ello. Mostrándonos tal y como somos en nuestros encuentros íntimos, sin tener qué demostrar nada. Expresando nuestra sexualidad de forma sincera y cómoda. Pidiendo y dando. Aceptándonos sin complejos, remordimientos ni culpabilidades.
Que nadie me malinterprete, no se trata de decir que sí a todo (aunque a veces pasemos por fases de buscar la cantidad), tener más sexo que nadie o hacer alarde de ello. Empoderarse sexualmente es un camino personal que no hay que comparar con el de nadie, que no hay que demostrar a nadie, ni a nosotros mismos. Es una sensación interior de sentirnos realizados en el aspecto sexual de nuestro ser. Es como un orgasmo, cuando lo tienes lo notas.
Feliz empoderamiento para todas y todos.
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[…] con lo que defiendo que la curiosidad también alcanza a los hombres. Es señal de madurez y de empoderamiento sexual. Aunque con esto no quiero decir que si alguien no siente esas ganas de indagar no esté […]
[…] con más libertad para decir y pedir lo que nos interesa, incluido el sexo casual. Estamos más empoderadas. Y los hombres – al menos algunos – no valoran solo el atractivo físico para decir, sin […]
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Muy interesante Arola lo que compartes con nosotros, entiendo como empoderarse sexualmente como bien lo mencionas, a que podemos desarrollar nuestra vida sexual como nos guste, claro que para ello es necesario conocer nuestro cuerpo, de igual manera considero importante conocer nuestras fortalezas, y por supuesto el buscar placer a lo que hagamos, sin miedo al que dirán. Espero poder seguir leyendo mas temas interesantes y muy novedosos como nos sueles presentar 🙂
Muchas gracias por tu comentario, Marco. Espero seguir presentándoos temas que os resulten interesantes. Un saludo!