Me resulta curiosa la historia de los vibradores. Se inventaron en la segunda mitad del siglo XIX como tratamiento para la histeria femenina, una patología que englobaba aspectos tan diversos como problemas de nervios, apatía, frigidez, irritabilidad y cualquier dolencia leve que afectara a las mujeres burguesas de la época y que no tuviera otra causa clara. La mayor parte de los médicos creía que el 75% de las mujeres sufría histeria crónica. El tratamiento para tal mal consistía en masajes pélvicos manuales, más tarde se añadió la hidroterapia íntima (estimular el sexo femenino con un potente chorro de agua). Finalmente se inventó un ingenio mecánico que resultó más efectivo que los métodos anteriores ya que conseguía su objetivo en mucho menos tiempo. Ese ingenio mecánico fue el primer vibrador, fabricado con fines meramente terapéuticos. No se le entendía un uso sexual al no haber contacto con la vagina. La película Hysteria lo retrata cómicamente bien.
También es interesante que la reacción al tratamiento con el vibrador, véase gemidos, espasmos musculares, contracción del útero, segregación de fluidos vaginales entre otros, era catalogado por los médicos de «crisis histérica». No de orgasmo. De hecho, en aquella época no se consideraba a las mujeres como seres sexuales y se creía que los problemas psiquiátricos femeninos procedían del útero.
Para rematar el asunto de la negación del clímax femenino, aparece Freud que, a principios del siglo XX, dijo que los orgasmos clitorianos eran un fenómeno puramente adolescente y que al llegar la pubertad, la respuesta adecuada de una mujer madura era tender hacia los orgasmos vaginales, sin ninguna estimulación del clítoris. Es decir, centrar la sexualidad en la interacción pene-vagina, genitalizando las relaciones e iniciando, así, frustraciones e incomodidades en mujeres.
Con estos antecedentes históricos, basados en un punto de vista androcéntrico, y con la influencia religiosa, no es de extrañar que haya mujeres que, aún hoy, no experimenten orgasmos y en algunos casos se deba a una mal entendida concepción de la sexualidad o del papel de la mujer en la sexualidad.
El tema del placer femenino y del orgasmo ha sido tradicionalmente ocultado, censurado. Por supuesto estas teorías se han superado (¡faltaría más!) pero sigue subyaciendo esa idea de que la sexualidad en las mujeres es más relativa, que tenemos menos impulso sexual que los hombres o que ciertas cosas no están bien vistas y eso afecta a la forma en que algunas mujeres viven – y disfrutan de – su sexualidad.
Y retomando la historia de los vibradores, en los años 20 del siglo pasado fueron dejando su papel médico y se comenzaron a usar en películas eróticas. Empezaron entonces a coger «mala fama» al no ser vistos ya como instrumentos terapéuticos, sino de lujuria. En los años 70, el movimiento feminista los reivindicó y recuperó como lo que son, instrumentos para el placer femenino. Porque las mujeres tenemos derecho, también, al orgasmo.
En efecto, había leído ya antes la historia de los vibradores y la histeria femenina.
Tiene tela marinera.
También me resultó muy curioso.
Interesante y científico tu blog, jeje.
Un besito.
Gracias maria por pasarte por el blog y dejar tu comentario! La historia es curiosa y vista desde nuestra perspectiva actual tiene cierta gracia. ¿Has visto la peli de Hysteria? Aborda el tema de forma divertida. Un saludo!
¡No hay de qué! Pues no, no la he visto. La apunto para verla cuando pueda. Besitos.
Totalmente de acuerdo con ‘Porque las mujeres tenemos derecho, también, al orgasmo’. El ‘también’ nunca debería de haber existido pero lamentablemente así es nuestra sociedad. Espero que esas cosas cambien cuanto antes. Un beso y… ¡a disfrutar!
Ese ‘también’ lleva toda la intención… Gracias por tu comentario, Jon. Saludos!
Me ha parecido muuuy interesanten esta publicación de Lola Poch… porque yo he necesitado siempre la masturbación manual para conseguir un orgasmo… El sexo es un mundo que aún vive mucho dentro del armario, aunque cada vez menos.
Muchas gracias Yolanda!!! Sí, el sexo sigue en muchos aspectos dentro del armario pero poco a poco vamos intentando que vaya saliendo 😉 Un saludo!
Reblogueó esto en La cama eróticay comentado:
Interesantísimo post que nos cuenta el origen de los vibradores…
Muy interesante, me quedan ganas de leer más del tema de la histeria, me recomiendas algo? Un placer como siempre leerte
Besos
Que miedito da la imagen del primer «vibrador», parece un taladro… es una pena que se viera todo como una locura femenina, como problema psiquiatrico… Parece que no entendían que las mujeres tengan clítoris tan solo con la función del placer sexual, el orgasmo es lo único bueno que hemos sacado de todo esto.
Yo estoy entre taladro y telefonillo. Han evolucionado bastante los vibradores y dildos. Nada que ver 😉 Y sí, siempre nos quedará el orgasmo. ¡Un saludo y gracias por tu comentario!