Mujeres, quien no haya fingido un orgasmo que tire la primera piedra. Para acabar antes, para quedar bien o para no decepcionar al compañero/a. Porque tras un encuentro sexual que se supone satisfactorio es “lo que toca”.
No alcanzar el clímax puede pasar y no hay que preocuparse. Cada encuentro sexual es diferente. El problema viene cuando la falta de orgasmo es recurrente y persistente en el tiempo. Es lo que se conoce por anorgasmia: la repetida ausencia de orgasmo tras encuentros sexuales donde hay una estimulación adecuada que produce excitación. Es, junto con la falta de deseo, la disfunción sexual más frecuente en mujeres. Hay quienes nunca han disfrutado de un orgasmo y otras que han dejado de experimentarlos a partir de un determinado momento. El 95% de los casos es por causas psicológicas.
Una escasa información sexual, alguna experiencia traumática, la falta de conocimiento del propio cuerpo o una educación muy estricta desde el punto de vista religioso que provoque sentimientos de culpa, pueden ser algunas de las causas que provoquen una inhibición del orgasmo. Y hay también otra, quizás menos evidente, pero importante: cuando el orgasmo se convierte en el objetivo único de la relación sexual. Centrar la relación en alcanzar el clímax puede provocar una angustia tal que dificulte conseguirlo. Al pensar y obsesionarnos con el objetivo, nos olvidamos de disfrutar del proceso.
Pensamientos como “si no me corro no he disfrutado” o “he de llegar al orgasmo sí o sí” o “finjo que llego para no decepcionar a mi compañero” no son los más recomendables. Se puede disfrutar y mucho, durante todo el proceso, de una forma más contenida, más mantenida. Y si no se llega al orgasmo en un encuentro sexual, no pasa nada. No hay que sentirse mal por ello. Si la ausencia persiste en todos los encuentros, ya sí habrá que pensar en soluciones.
Volviendo al tema que abre este artículo, fingir que se alcanza el orgasmo es engañar a nuestro compañero/a y a nosotras mismas. Pienso que incluso apuntala la decepción o frustración. Puede que no nos sintamos bien si no llegamos al clímax, pero seguro que ese sentimiento no mejorará si encima fingimos. Y nuestro amante no ha de sentirse mal o pensar que no lo ha hecho lo suficientemente bien ya que cada encuentro puede acabar de forma diferente, incluso aunque hagamos lo mismo con la misma persona.
El orgasmo es un momento maravilloso, para que voy a negarlo, pero no hay que menospreciar el proceso para llegar a él. Si disfrutamos del proceso y de las sensaciones que nos provoca, nos relajaremos y nos quitaremos presión. Por supuesto, no pienso que ésta sea la solución para todos los casos, otros necesitarán de tratamiento especializado que analice bien las causas y encuentre las soluciones adecuadas.
En cualquier caso, no finjas más orgasmos. Explora tu cuerpo, mastúrbate, quítate prejuicios, pierde el control, déjate llevar y sobre todo, no te presiones. Goza del camino, de las sensaciones. El orgasmo no es el objetivo. El objetivo es disfrutar.
Para ampliar la información, os recomiendo el siguiente artículo: Cinco requisitos fundamentales para vencer la anorgasmia femenina
[…] no hace un encuentro incompleto o insatisfactorio. De la misma manera que también hay que quitarse presión con el orgasmo porque es poner el éxito en un único objetivo, cuando lo importante es disfrutar de todo el […]
[…] no hace un encuentro incompleto o insatisfactorio. De la misma manera que también hay que quitarse presión con el orgasmo porque es poner el éxito en un único objetivo, cuando lo importante es disfrutar de todo el […]
[…] de orgasmos he encontrado. También simultáneos, múltiples, sucesivos, expandidos y hasta fingidos. Con eyaculación y sin ella. Trigasmos y cómo conseguirlos en siete pasos. Me imagino a alguien […]
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