Si visitáis cualquier tienda erótica veréis una cantidad enorme de productos: artículos para parejas, para activar el punto G, para succionar el clítoris, para estimular el ano, para vibrar en general. Hay también cosmética, lencería, libros, juegos y un enorme catálogo cuyo objetivo es el placer. ¿Solo el placer? Pues no. Los juguetes eróticos también tienen un uso terapéutico.
Siendo precisa, el objetivo al final es igualmente el placer, porque muchas de las intervenciones que hacemos en sexología son precisamente para conseguir un disfrute esquivo. Pero los productos eróticos tienen usos que van más allá de explorar sensaciones o añadir imaginación a nuestra erótica individual o en pareja (usos más que recomendables, por cierto). Hay algunos que nos ayudan en consulta ante cuestiones que impiden disfrutar de la vida sexual. Aquí van algunos ejemplos.
Si tenemos un suelo pélvico debilitado podemos sufrir desde pérdidas de orina hasta dificultades en la penetración o para experimentar un orgasmo. Hay accesorios, como las bolas chinas, que vienen bien para fortalecerlo. Las bolas chinas son esferas que contienen dentro otra más pequeña y que se colocan en la vagina para activar la musculatura de la zona. Las hay de diferentes tamaños y pesos. Dependiendo del trabajo de tonificación que se necesite, se usarán unas u otras. En este asunto, permitidme hacer un inciso: no siempre hay que fortalecer el suelo pélvico porque si nos pasamos corremos el riesgo de que lo ejercitemos de más y eso también es contraproducente. Atiende a las indicaciones de un/a profesional que te lo recete.
En consulta sexológica seguimos atendiendo a mujeres que no han conseguido experimentar un orgasmo. Algunas no son capaces de identificar que lo han tenido y otras, efectivamente, no lo han logrado. Una buena información y educación sexual será imprescindible y los productos eróticos pueden ser buenos aliados. Con ellos se puede explorar cuerpo y mente e ir notando diferentes sensaciones que acerquen al clímax. Vibradores, masajeadores, succionadores… pueden estimular nuestro cuerpo. Libros, juegos, disfraces…, nuestra mente. Desarrollar ambos aspectos es importante para la vivencia plena de nuestra sexualidad. Y también aquí quiero hacer un inciso: no todos los juguetes sirven a todas las personas por igual. Algunos tienen una estimulación que podría resultar intensa y provocar un efecto, incluso, desagradable. Cada persona y cada momento, necesita la herramienta adecuada y por eso en consulta acompañamos en ese proceso con información y pautas.
Otra dificultad que nos encontramos son mujeres con dispareunia (dolor durante la penetración) o vaginismo (imposibilidad de realizar el coito). Para estos casos, existen conjuntos de dildos de diferentes tamaños – dilatadores – que les pueden servir para trabajar ese problema ya que uno de los ejercicios a hacer (siempre bajo supervisión de un sexólogo o sexóloga) implica conseguir que se puedan introducir objeto de diferentes tamaños en la vagina sin dolor alguno.
Los hombres también pueden encontrar art que les ayuden en las dificultades que puedan presentar en su erótica. Hay quienes buscan alargar la duración de su erección y los anillos para el pene, por ejemplo, pueden servirles. Estos anillos se colocan en la base del miembro cuando se ha conseguido la erección para dificultar que la sangre de los vasos cavernosos salga del pene y, con ella, baje la erección. Cuidado porque no se pueden usar más de 20-30 minutos.
Otros pueden presentar problemas de erección y un ejercicio progresivo con masturbadores (los hay con texturas bastante realistas) puede servirles para ir consiguiendo y manteniendo esa dureza que buscan. Combinado, por supuesto, con información y educación sexual. Porque no basta con tener una erección dura y duradera, hay que entender cómo funciona y asumir, por otro lado, que la erótica puede ser satisfactoria más allá del coito y del falocentrismo.
Varias son las posibilidades que nos ofrecen los productos eróticos en terapia pero hay que tener claro que ni todo sirve a todos ni hay resultados inmediatos. Sería absurdo pensar, por ejemplo, que un succionador de clítoris o unos anillos para el pene van a solucionar sin más determinadas dificultades. La magia, para Harry Potter.
Las cuestiones vinculadas a la sexualidad dependen, mayoritariamente, de un conjunto de factores bio-psico-sociales que hay que tratar de forma global. Por eso si queremos conseguir resultados, hay que ponerse en manos de un profesional de la sexología que nos acompañe en el proceso.
Hace unos días, superadas las reticencias, probé un estimulador de la próstata ya que había leído mucho sobre ello y a mi edad (67), es bueno para esa glándula y además se podía sentir un placer por ser un punto erógeno. Me compré un estimulador con mando a distancia, no me sentía mal por ello, en absoluto, ni me sentía más o menos masculino, eso son bobadas. Estuve mucho tiempo, con lubricante incluido e incluyendo distintos modos de intensidad pero no obtuve placer alguno. ¿Si la estimulación de la próstata produce sensaciones es posible que se haya endurecido tanto como para no sentir ni una sola sensación? Gracias anticipadas