¿Una novela malísima pero con muchas escenas de sexo podría convertirse en un best seller?
En la década de los 60 del pasado siglo, el periodista norteamericano Mike McGrady estaba convencido de ello. Ante la baja calidad de la literatura de la época, consideraba que el lector tenía un criterio escaso y que se podría vender un libro sin argumento, sin profundidad en la historia o en los personajes pero que contuviera altas dosis de sexo. Decidió, entonces, comprobar su teoría.
Un grupo de 25 periodistas (la mayoría hombres), coordinados por Mc Grady, se pusieron a escribir una novela erótica. Una pésima novela erótica. Cada uno se encargó de un capítulo, por separado. Se esforzaron en que estuviera mal escrito y en que incluyera una o dos secuencias tórridas y explícitas. Se revisaron todos los capítulos para eliminar muestras de desarrollo de argumento y de descripciones de los personajes, así como cualquier simbolismo o profundidad social. Los juntaron, dieron forma al libro y nació “Naked came the stranger” (Desnuda llegó la desconocida), la historia de una mujer que, al saberse engañada, empieza a acostarse con un montón de hombres de su vecindario. Lo único que podía llamar la atención del lector es que contenía una alta cantidad de prácticas sexuales para todos los gustos. Tardaron tres años en engendrarla, pero por fin tenían en sus manos una malísima novela erótica.
El siguiente paso fue diseñar una buena campaña de marketing. Buscaron una portada atractiva, con una mujer desnuda y pintalabios rojo e inventaron un nombre femenino para la autoría: Penelope Ashe. Para hacer de Penelope, Mc Grady contó con su cuñada, Billie Young, quien prestó su imagen para la contraportada del libro, donde se leía que era una recatada ama de casa residente en Long Island y aficionada a la escritura.
En 1969 salió a las librerías “Naked came the stranger” y se convirtió en un éxito de ventas. Ayudó también la labor del agente literario que consiguió que los medios se interesaran por el libro. La cuñada de Mc Grady continuó en su papel de Penelope Ashe y fue entrevistada en varios programas en los que enarboló un discurso de liberación sexual. Con todo ello, un libro concienzudamente malo, consiguió unas ventas iniciales de 20.000 ejemplares.
Pero algunos de los co-autores empezaron a sentirse culpables de cosechar tanto éxito – y beneficios – y destaparon la historia a los pocos meses de la salida al mercado del libro. El resultado fue una mayor publicidad, un incremento en las ventas (llegando hasta 110.000 ejemplares) y que la novela estuviera varias semanas en la lista de más vendidos del New York Times.
Mc Grady confirmó su teoría pero no consiguió su propósito que era, mediante la evidencia, aumentar la calidad de la literatura que se consumía en la época. Los lectores siguieron consumiendo el mismo tipo de novelas. De hecho, “Naked came the stranger” generó varias secuelas escritas a partir de la idea original y tituladas “Naked came…”. También se rodó una película pornográfica basada en la novela (en España se tituló “Lujuria desenfrenada”). Los autores originales no tuvieron ningún tipo de relación con estos productos derivados.
En 1970 Mc Grady escribió un libro contando todo el asunto: «Stranger Than Naked, or How to Write Dirty Books for Fun and Profit» (Más extraño que desnudo o como escribir libros sucios por beneficio y diversión). El periodista se mostró preocupado por las 20.000 personas que compraron el libro antes de que se supiera que era una broma.
Aún se puede encontrar «Naked came the stranger», ahora catalogada como un clásico de culto. Sabiendo la historia, la novela adquiere otro interés.
Uy, a ver si la busco!!!
Entran ganas de leerla, ¿verdad? 😉
Al fin lo entendí Arola.?
¡Genial! 🙂
Dos cosas Arola: La primera, en lo personal y como lector, te agradezco, que hayas incluido esta sección en tu blog, en lo personal siempre me ha interezado la historia, de hecho hubo un momento en que arranque una revista y la temática, era de historia y aqui en mi región tuvo mucha aceptación dicho concepto de revista; segundo, en tu artículo hablas de 1969 y el o los motivos por que Mc Grady había pensado en escribir esta novela, te puedo decir, sin temor a equivocarme, que esos mismos motivos prevalecen hoy en la actualidad, un escaso criterio y argumentos sin ningún cimiento sólido o fundamento y que son dados por hecho por el lector, sin ningún tipo de cuestionamiento; creo que si esa misma idea se hubiera tenido en este año, hubiera tenido el mismo o incluso más éxito de ventas; en mi México, tenemos un atraso generecional en la lectura de libros y no solo en la lectura, en la lectura activa de un libro y que lamentablemente debido a ello, tenemos muchos atrasos en diversas áreas, de la sociedad, cultura y no se diga de la economia, aqui, en tiempo de elecciones, es muy fácil comprar el voto con una despensa y esto es, tu bien lo sabes, a la falta de ese criterio, que precisamente forma la lectura. Adelante con tus buenos escritos y seamos promotores incansables de la lectura, enhorabuena por tu iniciativa de incluir historia en tus artículos. Saludos Manuel
Hola Manuel. No solo en México, me temo. Creo que si este «experimento» se hiciera ahora volvería a ser un éxito. Con un producto mediocre pero con una buena campaña de marketing se consiguen, tristemente, muchas cosas. Aunque yo sigo teniendo fe en que la calidad, al final, tiene que dar sus frutos. ¡Muchas gracias por tu comentario! Un saludo.
Comparto contigo esa misma fe. He tenido la fortuna de, así como he comprobado esa triste realidad, también he visto de cerca el como cambia la vida de las personas al ser selectivos y al escoger esas cosas de calidad, tanto en lo que leen, lo que escuchan o lo que observan, estamos rodeados de hot dog y de hamburguesas; pero también tenemos el poder de elegir una buen mole poblano (comida típica Mexicana, originaria del estado de Puebla), y a lo largo del camino se va uno haciendo de complices que amen estas mismas cosas, formando un circulo virtuoso, se sorprende uno de las puertas que se abren y cuanta gente buena hay en el mundo, aunque a veces da la impresión de que todo es chafa, barato y mediocre, si de algo me di cuenta con la revista, es que la gente ama la calidad. Bienvenida a mi circulo de complices que aman la buena vida Arola.