Seguro que habréis visto artículos del tipo «10 juegos eróticos que debes probar» o «Las 50 cosas que has de hacer para volverlo loco». Si bien no dudo de la buena intención de estos escritos, debo reconocer que me horrorizan. Porque dan una visión homogénea del sexo, como si a todos/as nos tuvieran que gustar las mismas cosas. Y nada más lejos de la realidad. Hace tiempo que sabemos que no es obligatorio ser heterosexual, que hay a quien le excita que le aten o que hay más posturas que el misionero. Pensar que todos tenemos gustos similares limita y pone trabas a la sexualidad. Porque entonces pueden aparecer esas dudas de que «como me gusta tal cosa, entonces soy rara/o». Pues no, bendita rareza.
Por suerte, no todos tenemos los mismos gustos y la parte positiva de Internet es que, entre la muchísima información que encontramos y sabiendo filtrar bien, hay cosas interesantes que ayudan a que haya gente que vea que no está sola. Que ayudan a visibilizar un sexo no convencional, también conocido como kinky, donde se incluyen prácticas como el BDSM (Bondage, Dominación, Sumisión- Sadismo, Masoquismo), fetichismos diversos, relaciones abiertas (swingers), poliamorosas… En este sentido, una página muy conocida es Golfxs con principios gestionada por un grupo de personas que publican artículos, organizan charlas, fiestas, talleres… bajo la premisa de que «cualquier conducta sexual es válida, siempre con el consenso de las personas participantes y llegando a acuerdos sobre sexo seguro, compartiendo la filosofía del movimiento sex positive”. Este movimiento considera que todas las actividades sexuales consensuadas son saludables y fomenta el placer sexual y la experimentación. El movimiento no hace distinciones morales entre tipos de prácticas sexuales, considerando esas elecciones una cuestión de preferencias personales.
Siguiendo con la diversidad en el sexo, hace poco me hablaban de la Muestra Marrana y me llegaba un artículo sobre un libro de relatos con este mismo adjetivo. El marranismo incluye experiencias sexuales minoritarias y subversivas. La muestra recoge la proyección de películas porno fuera del ámbito comercial. Pretende «mostrar la multiplicidad de las sexualidades y las prácticas y los motivos por los que muchas de ellas son marginalizadas o estigmatizadas». El libro incluye relatos en formatos distintos como cuentos, poesía, posts, emails, ilustraciones y collages alrededor de la sexualidad menos común.
Y para los amantes de las redes sociales, existe Fetlife, la comunidad kinky por excelencia que reúne a fetichistas y seguidores del BDSM. Funciona como cualquier red para contactar con gente, organizar eventos, crear grupos, compartir imágenes… Cuenta con más de 3.200.000 miembros en todo el mundo.
Cada uno tenemos nuestros gustos, que podrán ser más o menos convencionales. Y unos no son mejores que otros. La cuestión es no limitarnos a lo heteronormativo si nuestro cuerpo o nuestra mente nos pide otra cosa. Libertad, seguridad, consenso, a probar y a disfrutar.
los kinkis y las kinkis dan mucho morbo en el sexo, me gusta de vez en cuando ver por internet ciertos videos asi y me excito viendo videos de tias con pelos en el sobaco, hairy (pelos en el coño) haciendo pajas con los pies jugando en grupo de chicos con chicos y chicas con chicas o todos juntos en el juego de la botella en fiestas tipo hippie y liberal, besandose, morreandose, jugando, tocandose, masajes ect.. o haciendo marrandas o guarradas, es excitante y muy morboso.